La obra estaba en pausa desde que el director se hizo cargo de la Comedia Nacional. “Desde el principio, Gabriel nos decía que con Ana contra la muerte intentó tocar el dolor, y que con esta obra se propone tocar el horror”, resume Gustavo Kreiman, quien junto con Leonardo Sosa se hizo cargo de la dirección de Tocar un monstruo , la pieza más reciente de Gabriel Calderón. El autor escribió que en estas dos obras cultivó otro estilo, que inaugura, en lo que describe como su “modesta biblioteca”, un espacio propio: “Es un estante donde el humor está ausente y donde confío en la fuerza de las actrices y los diálogos, con la única herramienta de la palabra, para desarrollar lo único que me obsesiona: teatro”. Sobre este punto, Kreiman no duda en tildar de “realmente dura” a esta historia, pero “sin golpes bajos ni morbosidad”. “Es una obra que se pregunta si el mundo está peor o mejor, y para eso toca casos de masacres realizadas por adolescentes”, adelanta. “Y va al hueso. Hay un des
Somos mujeres grandes, disfrutamos de ver teatro y compartir esas experiencia. Algo que iniciamos en nuestra adolescencia cuando concurrir a una sala de teatro era una expresión de resistencia. Hoy volvemos y como a veces nos olvidamos, vamos a registrar qué vimos, qué nos pareció, qué sentimos